Web 1.0-2.0-3.0

La Web 2.0 ha supuesto una excelente transformación de la Web 1.0, o como muchos la conocen: web tradicional. Como ya sabemos, la Web 2.0 (o Web Social) ha sido capaz de ofrecer un elevado grado de colaboración, cooperación e interacción a todos los usuarios a través de las innumerables aplicaciones que existen.

Existen apps para Smartphones, Tablets, ordenadores… un sinfín de ellas, que gracias a las opciones de sincronización entre estas plataformas, podemos tener nuestro contenido en cualquier dispositivo. Esta prestación resulta más común hoy en día en todas las apps, ya que se encuentran entre los objetivos de los diseñadores de aplicaciones, ya que si una aplicación está disponible en todas las plataformas, va a conseguir más usuarios que la utilicen. Las principales aplicaciones que empezaron a ser multiplataforma fueron Facebook o Twitter. No obstante, este problema de compatibilidad será solucionado en la siguiente era, en la que sin darnos cuenta ya estamos sumergidos, la Web 3.0 o Web Semántica, en la cual la interoperabilidad será un hecho real, donde las aplicaciones podrán funcionar en cualquier tipo de dispositivo (ordenador, Smartphones, iPads, Tablets…) independientemente de su sistema operativo (Android, Windows, iOS) o del navegador (Google Chrome, Safari, Internet Explorer, Opera…).

En cuanto a la evaluación de herramientas de la Web Social, estoy familiarizada en la creación de parámetros e indicadores para evaluar aplicaciones. En mi caso, en mi Trabajo de Fin de Grado, realicé un estudio para la comparación de aplicaciones de lectura web (Pocket, Evernote Web Clipper, Instapaper, Raindrop.io…). Tuve que evaluarlas atendiendo a una serie de parámetros e indicadores específicos que posibilitara el estudio. Para ello tuve que generar indicadores, ya que no había estudios sobre esta área que evaluara este tipo de aplicaciones, ya que otros estudios, como los de Luis Codina, evaluaba páginas web, por lo que sus parámetros no valían para estas apps.

En primer lugar, hay que realizar una síntesis de la finalidad que se quiere alcanzar, es decir, si por ejemplo se quiere saber qué aplicación es más intuitiva, se desarrollarán una serie de preguntas que nos ayuden a determinar cuáles son las mejores en este ámbito (¿los iconos y opciones que muestra la aplicación son reconocidos fácilmente? ¿La opción de borrado tiene el icono de una papelera?). Es por ello, que según lo que se quiera evaluar, desarrollaremos unos parámetros u otros.

En mi trabajo desarrollé un total de 25 indicadores, los cuales estaban agrupados en cinco parámetros que evaluarían la calidad y las prestaciones (Disponibilidad y Accesibilidad, Usabilidad, Personalización, Organización de la información y Tratamiento de Información).

Es por ello, que si queremos evaluar alguna aplicación tenemos que determinar primero qué es lo que queremos analizar para después, crear indicadores específicos para poder alcanzar esa finalidad.

Por último, son numerosos los artículos, comunidades científicas o blogs que hablan sobre la Web 3.0 de sus ventajas y beneficios respecto a las dos anteriores webs. La mayoría de los autores coinciden en las comparaciones con la Web 1.0, la Web 2. y la Web 3.0, sin embargo, en lo que no están tan de acuerdo, es que algunos piensan que ya estamos sumergidos en la Web 3.0, otros en cambio, piensan que  llegará a partir del año 2020.

¿Vosotros qué pensáis?